Si te hacemos esta pregunta es posible que no sepas responderla, en cambio, si te decimos que un trabalenguas es una aliteración, ya sabes más o menos de lo que estamos hablando, ¿verdad? Podemos hablar desde una canción con aliteración hasta poemas.

En este artículo de Estudiar Periodismo Online vamos a dar la definición de aliteración y a explicar las diferencias que existen con otros términos literarios como consonancia y asonancia.

También pondremos algunos ejemplos de aliteración en trabalenguas, versos y poesías. Seguro que conoces muchos de ellos.

Y para terminar, hablaremos de la función de la aliteración y su diferencia con la onomatopeya, ya que es muy común confundir estos términos.

La aliteración es un recurso literario que refleja la repetición en dos o más palabras cercanas de sonidos consonantes iniciales. La aliteración no se refiere a la repetición de las letras consonantes que inician las palabras, sino a la repetición del sonido consonántico al principio de las palabras. Por ejemplo, la frase «Infame turba de nocturnas aves» es aliterada; aunque las palabras comienzan con letras consonantes diferentes, producen los mismos sonidos consonantes. Del mismo modo, la frase «gente grande» no es aliterativa; aunque ambas palabras comienzan con la misma consonante, los sonidos consonánticos iniciales son diferentes. Además, para que la aliteración sea eficaz, las palabras aliterativas deben fluir en rápida sucesión. Si hay demasiadas palabras no aliterativas entre ellas, el recurso literario no tiene sentido.

Por ejemplo, los trabalenguas aliterativos son útiles para animar a los estudiantes de idiomas, generalmente niños, a escuchar sonidos similares repetidos al principio de varias palabras. Un trabalenguas aliterativo muy conocido es «Pablito clavó un clavito, ¿qué clavito clavó Pablito?«. Sin embargo, aunque los trabalenguas aliterativos se asocian a los niños, son útiles para practicar y mejorar la pronunciación, la fluidez y la articulación. A menudo son utilizados por actores, políticos y oradores públicos para hacer ejercicios verbales de claridad al hablar.

La aliteración, la consonancia y la asonancia son recursos literarios que se utilizan como medio para crear énfasis, atención, significado e importancia de las palabras en la poesía, la prosa o el discurso. Estas figuras retóricas pueden utilizarse tanto con efectos artísticos como literarios. La aliteración se refiere casi exclusivamente a la repetición de los sonidos consonánticos iniciales al comienzo de varias palabras en una línea de texto.

La repetición de sonidos vocálicos suele excluirse de la aliteración y se clasifica, en cambio, como asonancia. La asonancia se refiere a la repetición de sonidos vocálicos, ya sea al principio, en medio o al final, de palabras muy próximas entre sí en una línea de texto. La consonancia, de la que la aliteración se considera una subcategoría, es la repetición de sonidos consonantes en palabras sucesivas. Al igual que la asonancia, la consonancia se refiere a la repetición de estos sonidos al principio, en medio o al final de las palabras. Sin embargo, la aliteración se limita a los sonidos consonantes que se repiten al principio de las palabras.

Aunque la aliteración y la consonancia tienen las mismas repeticiones de consonantes, la repetición en la aliteración se produce como se ha mencionado anteriormente. Por otro lado, una consonancia no tiene necesariamente los mismos sonidos iniciales que las palabras vecinas. Los sonidos de una consonancia pueden aparecer incluso en las palabras utilizadas en el mismo verso, pero en extremos diferentes. Por ejemplo, un bebé balbuceante es una aliteración además de una consonancia. Sin embargo, una consonancia no tiene por qué ser una aliteración, como «el bebé que no balbucea» es una consonancia. En ambos casos, el sonido de /b/ marca la diferencia. En el primer ejemplo, se produce en las dos palabras vecinas como sonido inicial, mientras que en la consonancia, las palabras están muy alejadas entre sí.

Los trabalenguas no sólo son divertidos, sino que a menudo son muy educativos. Por eso son tan populares. Veamos algunos ejemplos de aliteración en trabalenguas:

• Hay una gallina pelada, pelada que se casa con un gallo pelado, peludo, pelado, y tienen pollitos pelados, peludos y pelados.
• Pepe se peina, Pepe pica papas, Pepe se come una piña, Pepe tiene pocas pecas.
• Al señor magaña le dio lagaña, araña, maraña, por comer lasaña.
• Tres tristes tigres, comen trigo en un trigal.
• Pablito clavó un clavito ¿Qué clavito clavó Pablito?
• Tres tristes trapecistas corren con tres trapos troceados.
• Pedro pica papas con un pico pela papas pica Pedro.
• Allí viene el que vino para beber vino ha venido.
• El oro y el moro prometen en la torre de oro.
• Corren corriendo las carretas y los carros por la carretera.
• El amo ama al ama de llaves, pero el ama de llaves no ama al amo.
• El niño ñoño come ñoquis mientras hace ñoñerías y luego se pone un moño.

También encontramos algunos poemas con aliteración en las obras de varios autores. Aquí algunos ejemplos de aliteración en poemas:

• Mientras se sienta que se ríe el alma / Sin que los labios se rían. Gustavo Adolfo Bécquer.
• En el silencio sólo se escuchaban / El susurro de las abejas que sonaba. Garcilaso de la Vega.
• Claras horas de la mañana / en que mil clarines de oro/dicen la divina diana / Salve al celeste sol sonoro. Rubén Darío.
• Una nieve navega resbalada / en resplandor de ojos reflexivos / de sonoros silencios sucesivos / y de sol en la sal por ti mojada. Marina de Jaime Siles.

También encontramos la figura retórica aliteración en versos de la cultura popular.

• Se oyen los claros clarinetes (Rubén Darío).
• Mi mamá me mima (aliteración popular).
• Josefina saca el saco al sol para que se seque (anónimo).
• Chillería de chillidos (Juan Ramón Jiménez).
• La libélula vaga de la vaga ilusión (Rubén Darío).
• Agarras garras de aves de raras razas (Gustavo Adolfo Bécquer).
• Su boca que besa borra la tristeza (Alfredo Le Pera).
• El breve vuelo de un vuelo verde (anónimo).
• A Denis le gusta mucho el anís (anónimo).
• El velero de las velas violetas flamea como ave que vuela libre (anónimo).
• Caminante no hay camino, se hace camino al andar (Antonio Machado).
• Chillería chucherías de chiquillos.

Por sus características y cualidades, la aliteración se utiliza ampliamente en la educación infantil, principalmente en la elaboración de textos para canciones infantiles y/o trabalenguas, en la creación de recursos utilizados para lograr un aprendizaje óptimo de las diferentes materias. Hoy en día, la aliteración se utiliza en distintos ámbitos y en diferentes géneros literarios. Se utiliza mucho para dar equilibrio, armonía y ritmo a los versos y las frases; también es un recurso útil para dar sonido a los textos.

También se utiliza ampliamente en el marketing, ya que puede emplearse para hacer que las marcas sean más atractivas para el público, repitiendo las consonantes o las vocales en el nombre de un determinado producto para aumentar su popularidad y sus ventas. Un claro ejemplo es el marketing de Coca-Cola.

La aliteración se confunde a menudo con la onomatopeya, otro recurso literario que es importante conocer, ya que son conceptos muy diferentes. La aliteración es la repetición de un sonido, mientras que la onomatopeya representa la escritura de una acción concreta, como los ladridos.

Ejemplo:

«Guau», es una onomatopeya porque representa literalmente el ladrido de un perro y no intenta embellecer el texto.

La onomatopeya es muy común en las fábulas.