Es la descontextualización de algo como fuera de su tiempo. Anacronismo es sinónimo de extemporáneo, incongruente, obsoleto o anticuado y antónimo de cronológico, contemporáneo, actual o vigente.

El anacronismo literario es un estilo en el que se altera la cronología de la historia utilizando como guía lo que ocurrió en lugar de cuándo ocurrió.

En este artículo de Estudiar Periodismo Online vamos a ver la definición de anacronismo. También expondremos algún ejemplo anacrónico en la literatura.

Para terminar, hablaremos de la función de la anacronía literaria.

Anacronismo deriva de la palabra griega anachronous, que significa «contra el tiempo». Por tanto, un anacronismo es un error de cronología o de línea temporal en una obra literaria. En otras palabras, cualquier cosa que esté fuera de tiempo y de lugar es un anacronismo.

El concepto anacrónico aparece en la literatura, la pintura y otras obras, y es fascinante explorarlos. En general, se consideran errores que se producen por falta de investigación. Por ejemplo, si un pintor pinta un retrato de Aristóteles y lo muestra llevando un reloj de pulsera, sería un ejemplo de obra anacrónica, ya que todos sabemos que los relojes de pulsera no existían en la época de Aristóteles. Del mismo modo, la presencia de un reloj de pared en un escenario que representa el interior de una fortaleza romana es un anacronismo.

Julio César (de William Shakespeare)

El ejemplo de anacronismo más famoso procede del Acto 2, Escena 1 de la obra de William Shakespeare Julio César:

Bruto: «¡Paz! Cuenta el reloj».
Casio: «El reloj ha marcado las tres».

La época que representa esta obra es un momento de la historia que se remonta al año 44 d.C. Los relojes mecánicos a los que se refiere el diálogo mencionado no se habían inventado en esa época, pero estaban presentes en la época de Shakespeare. Por tanto, la mención de un reloj en esta obra es un anacronismo.

La misma obra presenta otro ejemplo de anacronismo en el acto 1, escena 2:

… me abrió el jubón y les ofreció su garganta para que la cortaran.

Los romanos de la época de Julio César no llevaban jubón, una chaqueta ajustada. Sin embargo, era una moda entre los hombres de la época de Shakespeare, y, por tanto, su uso en la obra es un anacronismo.

Hamlet (de William Shakespeare)

Es interesante citar un ejemplo de anacronismo en la obra Hamlet de Shakespeare. Hamlet, el protagonista, es el Príncipe de Dinamarca. En la obra se nos dice que ha asistido a la Universidad de Halle-Wittenberg.

Es un hecho histórico que dicho instituto se creó en 1502 d.C. La época que se representa en la obra es la del siglo VII o XIII. Shakespeare no se molestó mucho en enmendar el error, ni la gente puso nunca en duda la presencia de la universidad mencionada en la época del personaje de Hamlet.

Macbeth (de William Shakespeare)

Otro ejemplo de anacronismo shakesperiano procede del acto 1, escena 2 de su obra Macbeth:

Que ahora

Sweno, el rey de los Noruega, anhela la composición:

Tampoco le dignamos el entierro de sus hombres

Hasta que desembolse en la pulgada de Saint Colme

Diez mil dólares para nuestro uso general.

El uso de la palabra «dólar» en el fragmento anterior es claramente un ejemplo de anacronismo, ya que el dólar no era la unidad monetaria durante la época en que se desarrolla la obra. La falta de investigación de Shakespeare le hizo mencionar un artículo fuera de su tiempo.

Faraón (de Boleslaw Prus)

Otro ejemplo de anacronismo causado por la falta de investigación se encuentra en la novela Faraón, escrita por el escritor polaco Boleslaw Prus. El escenario de la novela es el régimen de Ramsés XII (1087-1085 a.C.). El escritor menciona en su novela un canal del príncipe Harim en la época de Ramsés XII, y afirma que era del tamaño del canal de Suez. Una investigación cuidadosa revela que el canal existía antes de la época mencionada en la narración, y era mucho más pequeño que el canal de Suez.

Por lo general, el anacronismo se considera un error involuntario, resultado del descuido del escritor y de su falta de investigación. Sin embargo, a veces se emplea para producir un efecto artístico especial, para atraer la atención de los lectores mediante un uso adecuado del anacronismo.